jueves, 11 de agosto de 2011

Ojos: Luceros...

Esos ojos que ciertamente no podían ocultar su rechazo al silencio impuesto por su boca, me miraban, como gritando cosas sin sentido, como queriendo contarme tanto; y a cambio mis ojos lanzaban esa mirada que quería atraparlo, grabarlo y  retenerlo en mi memoria, pero ¡ah esa cobarde traicionera! es tan mala que me limita a lo profundo de sus ojos:
Como un espacio antiguo y vacío, que aún guarda en el alma la esencia de todo; como una tonada que da vida a una canción y es tan bella que induce al llanto.
Como un lago profundo que refleja lo oscuro del cielo, y dentro encierra a la luna y sus estrellas, que le ofrecen a cambio su brillo nostálgico y mágico...
Como dos luceros en la más impresionante constelación vistos a través de un velo de encaje, repartiendo así su brillo en fragmentos tan pequeños que atraviesan la piel y llegan al alma.
Así en sus ojos escapé un par de noches del llanto, de todo aquello que era lastimero -y de lo que no-. Yo le rogaba con la mirada que se quedara para siempre, mas no reconocía que era yo quien tendría que irse...

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...