lunes, 2 de abril de 2018

Alquimia

De todas las sustancias, tenía que ser agua, para que no fuera luz. Porque la luz rompería el abismo de mis ojos. Para que los colores se diluyeran cuando la realidad me picara los ojos y pudiera lavar toda esa basura que aveces tapa mis arterias y las arterias del mundo. 
De todas las sustancias tenía que ser sangre. Para que no fuera plomo ni crudo ni estiércol. Sangre que se derrama sobre tus ríos de vida. Y hacen charcos y lagos y mares. Sangre que se impulsa y alimenta. Que tiñe los labios de las musas, los puños de los guerrilleros y las manos de los policías. 
De todas las sustancias, somos polvo. Y volamos al mínimo respiro de la tierra y creamos montañas cuando nos juntamos. 


 

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...