domingo, 16 de octubre de 2022

Por todo lo que no ha de ser.


Encontré la Atlántida en tu pupila izquierda, navegué en tu perfil de fuego y sol,
quise volver a tus sagradas tierras
Pero vino el viento y me perdí en tu voz.
Detuve las horas, contra lo imposible
Las noches de pronto brillaron de sol
Luego anduvo el tiempo ufano y temible
Golpeando con fuerza cualquier ilusión

Ni noches brillantes, ni Atlantis, ni tiempo
Nada se ha alterado, habitan lo imposible
Tus ojos, mi fuego, mi piel y tu voz.
Todo sigue intacto, nunca fuimos libres,
El misterio es nulo: nunca fuimos dos. 

💥

sábado, 13 de agosto de 2022

invisible

Hay gritos que son hacia adentro,
Que dejan su silencio amargo haciendo eco en cada uno de los huesos.
Yo ya estoy cansada de gritar contra el cristal, desesperadamente pidiendo ser vista, tocada, escuchada.
He gritado tanto y no se escucha y ya no tengo voz, ni fuerzas. Pero el silencio también duele. Porque qué tal que si grito una vez más, ahora sí me oyes. Pero la voz no me da, y susurro, murmullo y gritan mis ojos.
Grita cada parte de mi cuerpo y me llena de miedo, haberme vuelto invisible, transparente y rota. De modo que no ves mis pedazos que sangran, porque de otro modo no puedo comprender porqué me ves y me escuchas y nada importa.
Así, nada de lo que hago basta y miro al mar y quiero hundirme solo para ver si me buscas.

sábado, 18 de junio de 2022

Me gusta tu cuerpo después de la tormenta,
Ese silencio disfrazado de calma
Escurrir tu piel de asfalto
El ruido de los saltos en los charcos, 
Más tarde el cantar de las ranas. 
Me gustan tus ojos después de la tormenta
Cuando la niebla se asienta y besa los restos de gotas en las hojas
Y los nombra Rocío. 
Y yo, como si fuera otra, los nombro como tú.
Me gusta que sean mis pies los que chapotean tus calles
Recorrerte, andarte, a tientas, a sorbos.
Me gusta tu aroma después de la tormenta, 
Me gustas entera, antes de la tormenta, fiera y dócil, porque me sabes tuya bajo la tormenta. 

miércoles, 26 de enero de 2022

Esta noche ha vuelto a nacer el invierno, el infierno...
Yo pensé queas noches de dormir llorando habían quedado atrás, y no..
El frío cala hasta lo más profundo, sigo pensando que deberíamos ser dos contra el problema, pero el viento dice que el problema soy yo, por las cosas que no he hecho y por las que sí. 
Me quedo inmóvil porque un rayo no cae dos veces en el mismo sitio, pero creo que me ha confundido con un pararrayos. 
No puedo encontrar la forma de esquivar el desdén y el recelo. Peor aún, no puedo contenerlos y me empapan otra vez en el llanto que afuera llueve e intento mantener encendida la idea de que ya pasará. 
Pero el pronóstico avisa tormentas y un cielo al que imploro benevolencia y paz. 

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...