La última vez que ví el tren fue hace muy poco, en carretera y antes de eso cuando corría sobre el puente y me quedaba admirando cómo movían las máquinas, como iban y venían vagones jugaban entre las vías. Muchas veces te dije "te amo" sobre ese puente y otras tantas me dijiste que me amabas y amabas ver así de feliz.
Hoy escucho el tren y pienso en lo que me trae felicidad... Bien pudiera, ya sabes, cumplir mi sueño de pedirle ray al maquinista y sé que llegaría a esa estación, cerca de donde vivimos. Pero ya no estás ahí, ya no "vivimos". Y los sueños que compartí con vos de repente tienen esa carga de nostalgia, porque son mis sueños, pero tú los escuchabas y de algún modo, los compartías.
Hoy estoy en el intento, una vez más, de rodearme de las cosas que me hacen feliz, de abrirme un poco y compartir mis sueños, pero es que no puedo ofrendar un lugar que aunque parece vacío, lo sigue ocupando tu ausencia.