viernes, 5 de octubre de 2012

Me ardes en los labios

Hoy secretamente me ardes en los labios
y tus besos perpetuados en mi piel
me parecen mariposas en un árbol
que vuelan y estremecen mi ser.
Mi ser que se derrite si lo tocas,
que ante ti pierde la voluntad.
Mi ser que delira ya tu boca,
tu boca donde bebo la felicidad.
Me ardes en los labios,
y tu piel que tanto quiero
guarda mis tesoros más privados
cual lienzo donde plasmo mi deseo.
Y tus ojos, fuente cristalina y pura,
el laberinto que me lleva hacia el encanto
me muestran el camino a la locura
y me pierdo dentro en su universo.
Me arde en los labios nuestro último beso.
 y suplica mi boca una vez más
que te busque y que me entregue entera
a tus brazos donde quiero descansar.

Noche de luna.

La luna acaricia suavemente los tejados y los techos y las calles,
recorre con su luz embriagadora
cada rincón de la ciudad que duerme.
Y en el silencio de las calles casi desiertas,
la sutil blancura va llenando sus espacios,
transita libremente y va besando con su frío las paredes.
Acaricia ya la ciudad entera,
toda está bajo su blanco deseo.
Sometida, entregada, placentera,
se deja besar por los rayos blanquecinos.
Y en plenitud del blanco dominante
que hechiza mi ciudad con luz sensual,
con los espacios llenos y besos y caricias,
se escuchan los gatos ronronear.

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...