miércoles, 27 de junio de 2012

Labiobeso

Besar, besarte, besarnos...
Tu voz viajera resonaba en mis oídos,
y su eco llenaba mis vacíos.
Voz fuerte, Voz grave.
Cada palabra que brotaba de tu boca,
se quedaba colgada en mi memoria.
Mis ojos.
Mi mirada buscaba tus palabras,
veía tus ojos y luego tu boca,
gran espectáculo
ver tus labios dar discursos sobre cosas que no escucho.
Tu boca, que jamás pensé tocar
de pronto comenzó a hablarme,
a dirigir sus frutos a mi.
Y entonces tus labios
¡Oh labios ansiosos, labios fuertes,
labios dulces, dulces labios!
Reposo de mis ojos y suspiros.
Encontraron mi sedienta boca.
¡Qué dicha experimentar tal placer!
tus labios rozaron los míos,
suavemente, deseosamente,
inevitable y estremecedoramente,
y luego de un suspiro,
tus labios se volvieron míos,
mis labios perdieron la cordura
y siguieron soñando tus labios,
y se declaran adictos a tus besos.

martes, 26 de junio de 2012

Estaba sentada en una mesa con dos azucareros, dos saleros, una vela y una taza de chocolate caliente, llovía, gritaban las gotas su muerte en el domo del tragaluz en el techo.
En el aire había calor, de ese aroma dulce y fresco del calor; amigos platicando, y mi taza humeando, mis sillas llenas de mí.
Despertó por completo mi cuerpo, la taza con su espuma, su aroma y su color me seducía, qué deleite cuando mis labios tocaron la cerámica blanca y tibia, y se inundó mi boca con la suavidad de la espuma, que llegó hasta mis lágrimas con su seda efímera...
Y el aroma subió de la taza a mis sentidos y cerré los ojos y sorbo a sorbo terminé con el placer líquido que calentó mis manos y mi alma.  Y mis ganas de compartir con las demás personas el gran tesoro de mi libro de poesías.
Tomé valor y después de escuchar hablar y reír, también tomé la palabra y caminé hacia la mesa con el micrófono, y sentí como Ramón Ramón poseía mi cuerpo y hablaba por mí, mas luego fui yo, era yo leyendo a mis confidentes poetas del libro de sonetos, y luego los aplausos y luego nada, un vacío lleno de mí, de María convertida en versos. María bebiendo a María convertida en chocolate, era todo mío, cada instante era para mi alma, y lo tomé, lo sorbí lentamente, y cerré los ojos y entoné el punto final.

jueves, 21 de junio de 2012

Contra el deseo - Ramón Ramón

Contra el deseo. Contra el mínimo movimiento
de un beso que cae al agua, de un beso que sucede ola
y después marejada y después naufragio.


Contra el deseo. Contra los coches que se estacionan
en la calle más oscura de la ciudad,
los coches que se ocultan del tránsito y la luz,
los coches que se paran en los barrios en ruinas
porque el corazón es una llanta ponchada.


Contra el deseo. Contra las playas sucias
como la ropa más sucia del amor,
contra las playas que nadie frecuenta
porque las olas arrastran mil y una porquerías,
contra las playas donde los cuerpos no nadan
y se revuelcan en la arena como los perros.

Contra el deseo. Contra la casa abandonada
llena de polvo y de espejos con polvo,
contra la casa donde entramos con los ojos de agua
y salimos con los párpados empolvados,
contra los cuerpos que se desnudan y se conocen,
contra los cuerpos que se visten y se ignoran.

Contra el deseo. Contra los poetas que lo enmascaran,
contra los poetas que hacen versos como nubes
y no dejan que la luz toque a los insectos,
contra la poesía que es un nido y un pájaro y vuela
y me hace sentir feo y oscuro como un escarabajo.


Contra el deseo. Y contra mí mismo:
calle sin luz donde el escarabajo corre,
coche que busca la playa más sucia,
casa abandonada como un barrio por la noche,
corazón negro de polvo, cara honda de mar,
naufragio, naufragio, naufragio…

                                             Ramón Ramón. 1999.
                                                             

lunes, 18 de junio de 2012

Paralelos en convergencia

La suavidad la conocí en tu piel, en tus labios.
Ahora sé que la electricidad se mueve entre tus manos y mi piel.
La magia se materializa cuando tus manos y las mías se juntan,
y nuestras miradas chocan y nuestros cuerpos florecen...
Unos labios que naufragan en la piel que hierve,
y el murmullo de tu aliento que se desvanece y nos conduce a la locura...
y los labios y los besos y mis manos y tu voz.
Y de pronto todo acaba, se hace tarde y somos dos;
son dos vidas paralelas que se unen, sin amor,
solo viven y se abrazan y se besan con temor.

sábado, 9 de junio de 2012

Cuando fuimos pájaros...

No he podido hablar sobre lo que siento,
mi cobardía, la emoción de ese momento...
Desde que llegaste todo ha sido nuevo,
y por más que yo lo quiera, no me atrevo.

Hacía semanas pensando en una locura,
daba vueltas en mi cabeza con premura;
la hora llegaba después de tanto esperarla,
mi corazón saltaba y la mente se estremecía.

Había algo en tu mirada, algo que yo no creía,
había algo en tus palabras que descifrar no sabía,
pero había en mi un impulso, tan espontáneo y necesario
de esperarte...
y las palabras huían cuando sólo eramos dos,
no aguantaba tu mirada y mi pena era mayor.

El miedo de ser indiscreta, y dejarte adivinar...
el miedo a ser descubierta y que algo acabara mal.
Y seguro lo notaste, o pudiera ser que no,
pero fue grande el contraste cuando el mundo giró.

No fue coincidencia esperarnos, mas te quedaste ahí.
caminamos y las preguntas comenzaron a salir.
Me tomaste por sorpresa y mi impulso te ayudó,
me dio miedo mas de pronto un 'si' de mi boca salió.
El camino no fue fácil, los nervios me dominaban,
fue la magia en tu mirada que sin rumbo me llevaba.

Tus palabras me hacían eco, crecía mi emoción.
Mas no sabía por dónde ibas y contenía mi ilusión.
Luego dijiste cosas que me llenaron el alma,
me perdí en tus ojos y llegó la calma.
Tu voz se hizo suave, y ya más en confianza
tus palabras sinceras me dieron fe y esperanza.
Me mostré tal cual, tienes un poder muy grande,
me es difícil abrirme mas no fue normal esa tarde.

Y a pesar de que era hermoso y sincero ese momento,
no pude refutar que pienses que no te quiero,
mi pena, mi ego, mi gran arrepentimiento,
ahora solo quiero tenerte enfrente de nuevo.

Esa tarde fuimos aves en un campo solitario,
dinosaurios en cuentos de bosques,
un par de silencios sentados en la escalera.
Fuimos pájaros emprendiendo el vuelo,
amigos que se gustan pero nada pasa...


Te conozco de antes, cuando fuimos pájaros,
por eso tu mirada me habló tan claramente,
por eso no hizo falta nada,
mas que poder sacar ese 'te quiero'
que se quedó atorado en mi garganta. 

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...