lunes, 17 de diciembre de 2012

El No-silencio

He pasado mi vida entre silencios,
aprendí a callarme tantas cosas
que de pronto desbordaban por mis ojos
cuando hartaba el alma de palabras.
Pero esta vez han hablado mis labios,
han dicho tantos versos a tu boca,
versos en este lenguaje silencioso
que la costumbre encadenó a mi sombra.

Te he querido decir tantas palabras,
y ninguna ha salido de mi boca.
Mi voz se va, se adormece si me abrazas,
y mis ojos hablan un mar cuando me tocas.
No es que no tenga palabras para darte,
                                            -¡no, no es eso!-
es este mudo sentimiento que florece,
si tu figura aparece de repente,
cuando la gloria se me da y puedo mirarte.

Creo que la distancia entre mi boca y tu oído
es el abismo al que más le temen mis palabras.
Quiero arrancarme este silencio de las venas
por el placer de contarte lo que siento.
Lo que me hace sonreír cuando te miro,
lo que me gusta de perderme en tus labios,
Quiero matarme el silencio de estar contigo
porque a mi me estorba en la boca para besarte.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Nocturno a la madrugada (texto).


Esta tarde esta fresca, están atardeciendo mis ojos.
Canta mi alma y de repente se le ocurre pronunciarte el nombre.
Está cayendo el sol al suelo, son las 6:54, es la gravedad de tu ausencia que lo llama. Y a las 6:59 ya se ha difuminado en el cielo el naranja, ya va para azul marino, no tan marino como el de las 7pm. Pasado Meridiano, pasado maldito que pesa lo mismo que pesa el que no te encuentre. En la oscuridad de las 7:48 ya no puedo ver. Esta tarde te he perdido con el sol. Porque a las 8:47 se me ha ocurrido escribir que tal vez a las diez treinta y ocho piense en ti de nuevo y en la noche que nos cubre y nos separa, y se me ocurrió también que puede ser que a media noche quiera salir a buscarte, o que me despierte a las dos y cuarto de la mañana, con la incertidumbre de no saberte aquí. Hasta puede pasar que a las 4 am sueñe que te he visto y pueda dormir más tranquila, y las 6 con 18 imagine que sonríes y ya sea el sol que se asoma en mi ventana. Ocurrirá posiblemente que amanezca cubierta de la falta de tu piel, o abra los ojos sin tus ojos y a las 6 con diecinueve el agua fría en mi cara me lave el aroma de ti, y tu sombra se asome en el espejo mientras que el sol de las 7 treinta pasa corriendo por la calle. 
Quizá a las 8 con nueve minutos tome un taxi y me de cuenta de que te he olvidado en una mesa donde hace dos noches, a las 9:50 preguntaste mil cosas y me callaste con un beso. 

sábado, 8 de diciembre de 2012

La batalla

Estoy hasta el mar de no tenerte.
Estoy luchando, por ti mi
contra este miedo.
Porque son más mis ganas de ya verte
que el miedo de ante ti guardar silencio.
Mira que tengo desde ti guerras internas,
intermitencias del porqué de mi coraje.
En ratos lucho por ser lo que tú quieres,
en veces porque seas lo que yo quiero.
Si vieras que ya salgo y te busco,
entre la gente, no sé donde estarás,
pero ando con pasos de esperanza
en un golpe de suerte te pueda encontrar.

Estoy luchando mis batallas desde ti
No desaparezcas para que puedas ganar,
no des tregua, quiéreme contigo.
No vuelves, no te siento

¡Estoy hasta el mar de no tenerte!


De la serie ORDinario.
Diciembre 8, 2012

La estupidez en la espera del camión.

Gracias Kris por "aguantar vara" 
mientras digo estupideces
 (o hago poesía, claro, sin besos -o sin versos-
 al fin poesía, sin ser poeta).
<<  Partiendo de tu boca... >>
Las hojas rojas, al caer hacen poesía
como los poetas cuando se besan,
yo no, yo no soy poeta.
Pero tú sí, tú me haces poesía.
Las hojas rojas se besan y se versifican.
Se dejan caer, es una estupidez,
pero es poesía.
El beso también es un "dejarse caer".
Las hojas, como las bocas hacen estupideces,
Al caer, en el suelo o en los labios, son poesía.
Todo cuanto estúpido es, poesía acarrea,
o al revés, yo no, yo no soy poeta...
Tú haz dicho estupideces
con un bajo modo de poesía,
sin romance,
             a lo Kafka.
¡poesía al fin! estupideces de más,
hojas cayendo,
hojas enredándose en mi cabello para no caer,
para no ser estúpidas, no ser poesía.
Yo sí, yo caigo, como estúpida, en tus labios,
porque quizá yo no, pero tú sí eres poeta.

DE LA SERIE ORDinario.
Diciembre 7, 2012.
MN

Aire Fresco. Texto

Es posible que yo no quiera renacer, sino, más bien, redespertar, tomar un vaso de agua, vaciar maletas, abrir ventanas, respirar. Salir de viaje, inhalar... un instante, cerrar y abrir los ojos y así mantenerlos, húmedos cuando haga falta, pero bien abiertos, extrayendo del mundo las cosas, de las cosas la esencia, lo divino.
No necesito explicarme lo divino, lo divino es lo ambivalente. Es esta gran gloria sobre el infierno -o sobre el inVierno-.
Abrir, cerrar, volver a abrir... los ojos un poco menos que la mente (la mente no pestañea).
Abrir ventanas, abrir las manos, el alma y las fosas nasales para dejar entrar el aire fresco.

  DE LA SERIE ORDinario.
Diciembre 7, 2012.
MN

Sombras y crimen.


¡Nos tienen!
Tienen nuestras palabras
en sus diccionarios.
¡Caímos!
Porque sus pasos ya corren
por nuestras huellas.

¡Me tienen! ¡Caí!
Mis letras, mis huellas,
¡me han reclamado el mundo!
Y es que hoy caminé
una nueva senda,
con dos sombras atadas,
anclando mis plantas
                         al suelo.
Hubo un momento de luz
en que las sombras se fueron,
volvió una y se fue,
la otra me envolvió...
Luché, le grité, la arañé y la arranqué de mi carne.
                                                                 Se fue.
Icé mis alas, me volví paloma
y de un salto me abandoné al aire.
Me sentí libre.
Luego, un dolor me chilló el alma:
una ausencia y media tenía yo,
una ausencia y media que no lleno;
y ya no sé qué hacer
porque las sombras me dan miedo.

DE LA SERIE ORDinario.
Diciembre 6, 2012.
-MN



miércoles, 5 de diciembre de 2012

Entre líneas. (Azul sobre azul)


Es esta mi manera de querer:
tengo silencio en los labios,
tal vez sonrisas...
Toda yo soy un silencio.
No. Soy, tal vez, un cuarto aislado del sonido,
aparente silencio,
bullicio interno,
guerras, llantos, clamores -y dolores- escondidos.
Esta manera inexistente de hablar
sin decir nada.
Algo así es mi manera de querer.
Como una batalla muda,
como unos labios que tiemblan y que callan,
soy un silencio apretujado en la garganta.
Mi forma de querer es parecida y comparable
a mi inocente modo de creer:
De ayer a hoy, hacia mañana.
No creo en las promesas,
Facta non verba.
Y aún así creo en el aire, porque soy alas,
y creo en el mañana por amanecer conmigo.
Yo creo al derecho y al revés, 
creo también entre líneas,
quiero también entre líneas,
porque yo no sé querer.
Mi forma de querer es la entrega.
Porque creo en el azul sobre el azul,
Quiero con el valor de creer.
Y creo por coraje de querer.
Yo creo. Yo quiero. Yo me entrego.
Como se entrega el azul sobre el azul,
como el ayer cree en el mañana.
Como se entregan los silencios,
como las bocas a los besos,
como las palabras a las líneas.
Como se entrega el credo,
por querer.
Por eso quiero.
Así, silente, distante, 
entre líneas, entre cláusulas,
entre coraje y valor.
entre la esperanza y la promesa,
entre la línea delgada entre la letra y espacio.
Entre el tiempo y el espacio también creo,
porque no quiero un final cuando la noche acabe,
porque no quiero perder cada mañana 
y recomenzar al otro día.
Creo en las historias, y en los finales felices,
no en los "por siempre jamás".
Yo quiero historias, porque creo en ellas,
porque hacer un instante bello es ordinario,
pero yo quiero creer en un día a día extraordinario,
entre líneas de días, entre semanas apuntadas,
entre tráficos, entre versos de camión.
Creo en historias porque aún creo en el valor de amar.
Porque creo en mi.

martes, 4 de diciembre de 2012

Deshojar la rosa de los vientos.

Desorientada, casi perdida,
busco tu norte o tu oeste,
quiero llegar a tu abrazo
y después caminar hacia tu boca.

Perdida,

como la flor que me abrió en invierno,
en mi invierno frío, casi nevado.
Nació en el este un silencio eterno
y del sur de tus labios apretados.

Desorientada,

como que busco tu oriente,
para ponerle al poniente tu mirada,
que sea tu sonrisa mi horizonte
y tu piel y tus manos mi mañana.

El occidente llamémoslo "accidente",
como el mal de tus ojos que me guían,
como el bien que me trae el incidente
de que se junten tu sed y mi agonía.


DE LA SERIE ORDinario.
Diciembre 6, 2012.
MN

sábado, 1 de diciembre de 2012

Hay un hombre

Hay un hombre con ojos color silencio y besos despiadados,
que calla cuando yo callo,
que roba las palabras de mis labios
porque conoce mi lenguaje mudo.

El hombre de besos despiadados
tiene la sonrisa encantadora,
tiene versos en los brazos
y poemas y lucha entre las manos.

El hombre con ojos de silencio,
me ha preguntado qué pasa,
y yo temblando negué lo que siento,
como si lo que pasara no fuera mi miedo.

Este hombre de mirar oscuro y sonrisa de luna,
sabe que yo grito cuando callo,
sabe que me despierta locura,
lo que no sabe es que el miedo me hace daño.

Los labios, poetas despiadados,
han sonreído y me ha hablado
entre besos, silencios y poesía
han hecho al miedo sentirse entusiasmado.

La luna que los besos despiadados me han dado por sonrisa
es comparable con el azúcar de mi té,
no sé si ha sido poca o mucha,
pero el miedo se disolvió cuando la probé.

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...