lunes, 7 de octubre de 2019

61019

Ahí donde el movimiento se mezcla con la mirada, donde el tiempo desentona, ahí estábamos nadando entre el ir y venir de las olas.
Nuestros cuerpos transmutaban de una dimensión a otra, navegando el magnetismo entre luces de colores.
Luego todo cambió de centro, la vida, por un instante comenzó a girar alrededor nuestro: tu aliento llamando al mío, tu piel erizando la mía...
Nuestros labios se juntaron como corrientes del vendaval, como formando un tornado que nos arrastraba a no sé dónde, pero arrastraba la realidad y la hacia trizas.
Nos besamos como si nunca hubiéramos conocido otros labios,  como si nuestras lenguas buscaran las palabras que nuestros ojos no se animaban a decir.
Tus ojos se clavaron en los míos y fue como si nunca hubiera visto otros ojos, nos acariciamos como si en 7 vidas no nos hubiéramos hallado...
Nos cantaban los corazones como tambores, querían salir del pecho y bailar juntos, querían volar como nosotros, mientras la noche caía.
Querían mis labios decirte tantas cosas en ese único lenguaje de los besos, querían mis ojos guardar ese momento, tatuar tu rostro, tu imagen en mi alma.
Quería darte una caricia que dijera tanto...
Y solo pude abrazarte y estrechar tu mano.

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...