miércoles, 28 de septiembre de 2016

Otoño

Te quiero, Diablo, me lo dicen mis rodillas cuando tiemblan al verte llegar, lo sé desde los nervios de mi espalda que alteran mi piel cuando me saludas, Diablo, si pareciera que el infierno es mi alma donde habitas, si siento el rubor en mis mejillas cuando de lejos te miro sonreír.
Me lo dice mi temperatura corporal, mi ritmo cardiaco, el cambio en mi voz, el querer ir más despacio cuando paso a tu costado. Lo sé, Diablo, te quiero. Seddeseo o sé que deseo rozar tu piel, sentir tu aliento en mi cuello mientras te abrazo, mientras me aferro a tu espalda donde no miento. Te siento, Diablo, en mis muslos, en mi vientre labrando anhelos y sueños, te siento en mi pecho cuando te acercas y dices “Hola” y yo siento que has dicho “te quiero”.

martes, 2 de febrero de 2016

Atardecer (A Tarde Ser)

Ayer te vi, caminabas hacia el éste,
estabas llenando  todo con tu luz, yo sonreía.
Te acercaste, de inmediato teñiste de atardecer mi piel y mis mejillas,
Descendías.
Tu calor jugueteaba con mis mariposas,
Tus rayos me abras(z)aron fuerte,
Las aves cantaban en mi vientre.
Te escondite entre mis montañas,
Me torné  en nubes de colores,
Los pájaros volaron a los árboles.
De pronto ya estábamos en una oscuridad adiamantada.
Una brisa de luna llena recorría nuestros cuerpos.
De a poco salió la luna menguante
Y bañó mis montañas de blanca neblina.
Respirábamos con la tierra y los tecolotes cantaban a lo lejos.
Me volví árbol y entrelacé mis raíces con las tuyas,
Luego los grillos anunciaron la medianoche,
Miré tu cielo y ahí estaban:
Júpiter y Venus mirándome fijamente,
Un poco húmedos, casi llorando,
Luego una de tus hojas-boca cayó sobre mis labios
Y nos volvimos río
Y cascada
y marea.

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...