miércoles, 28 de septiembre de 2016

Otoño

Te quiero, Diablo, me lo dicen mis rodillas cuando tiemblan al verte llegar, lo sé desde los nervios de mi espalda que alteran mi piel cuando me saludas, Diablo, si pareciera que el infierno es mi alma donde habitas, si siento el rubor en mis mejillas cuando de lejos te miro sonreír.
Me lo dice mi temperatura corporal, mi ritmo cardiaco, el cambio en mi voz, el querer ir más despacio cuando paso a tu costado. Lo sé, Diablo, te quiero. Seddeseo o sé que deseo rozar tu piel, sentir tu aliento en mi cuello mientras te abrazo, mientras me aferro a tu espalda donde no miento. Te siento, Diablo, en mis muslos, en mi vientre labrando anhelos y sueños, te siento en mi pecho cuando te acercas y dices “Hola” y yo siento que has dicho “te quiero”.

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...