martes, 24 de julio de 2018

A veces te dibujo en mi silencio,
grabo tu silueta en mi pupila, tu sonrisa, tu mirada...
A veces te recuerdo en mis horas más ocupadas,
ahí estás, sobre de todo, haciendo mi pulso acelerar,
haciendo química en mis venas,
haciendo volar mis mariposas.

Podría pasar horas enteras en el fascinante trabajo de descifrar lo que gritan tus ojos.
Hacer tesis sobre el cómo tu sonrisa hace que la mía dure más tiempo, sobre tu boca
llena de misterios, sobre tu piel de marfil y tu voz de sombra.

"¿Quién fuera explorador!" Para perderme mientras te encuentro. Para darte un nombre y estrechar tu mano -qué sensación más bella la que me recorre el cuerpo, mientras recuerdo el lujo de tu piel de seda-.

Vuelvo a lo cotidiano, y ahí estás tú.
Voy contando mis pasos y me llevan a ti.
Tu recuerdo se va convirtiendo en mi lugar feliz.  

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