martes, 9 de julio de 2019

Varias veces he contenido el llanto porque en algún momento me llamaron "dramática", dijeron que estaba revolcándome en auto compasión, que tenía que salir adelante.
Las palabras marcan.
Hoy sé que hay muchos sentimientos atorados en mi cuerpo gracias a que no he podido sacarlos, he pasado por días oscuros en los que todo lo que quiero hacer es llorar, pero mi ansiedad no me permite hacerlo porque no quiero ser más esa persona "tirada al drama", no quiero tenerme lástima.
Es bien complicado.
Se me pide ser fuerte, yo misma me exijo serlo, por mi nombre y apellido, por el ejemplo que tuve, en fin, "Sé que vas a salir de eso", a veces no tengo esa certeza.
Quiero no ser fuerte un momento, pero parece que no encuentro el punto medio.
Estoy cansada de esa voz en mi cabeza que me dice cómo actuar, qué está bien, qué es correcto.
Esta angustia sólo crece y crece.
Ni siquiera me deja publicar esto.
Hay momentos en que tengo la idea clara de que debo pasar por esto, que debo afrontarlo y encontrarle sentido, desenredar todo ese nudo que soy.
A ratos también tengo ganas de ignorarlo todo, de dejarlo para después, de hacer como que no pasa nada, pero es como un río con la superficie congelada, en el fondo sigue la corriente fuerte y me arrastra.


Me siento conflictuada por cómo manejarlo. Es una batalla constante con mi mente, con esos pensamientos que no sé de dónde salen.
La angustia lo trasciende todo.
Escribir me calma pero no sé si sólo lo estoy haciendo a un lado.
Me da ansiedad no saber qué hacer con mi dolor, dónde ponerlo. ¿Estará bien o estará mal? ¿Será correcto?
Me enoja sentirme así, no puedo dejarme sentir el dolor, porque no quiero ser demasiado triste o quedarme sin procesarlo por tratar de evadirlo.
Estoy en jaque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...