Es así como decides que no
que no caminaremos por la misma senda
que no importa cuantas veces te mire,
al final siempre eres una silueta desdibujándose.
Eres agua fluyendo, huyendo del sediento pez.
Eres aire caliente, tierra estéril
siempre lo supe, campo minado
que nunca explota
que solo ha sembrado temor y cosecha lejanías.
qué terrible es esto de perdernos:
atentar contra las probabilidades,
somos una variable constante
y nunca nos elegimos
por miedo
por pereza
por cobardía.
Ni ángeles ni luciferes,
ya pasamos hace mucho toda moralina
somos dos amantes que no se besan
ni se tocan, ni se dicen, ni se llaman.
Tan solo la miradas y las almas
en su incontrolable idioma se gritan y nunca se callan
porque de tanto no amarse se marchitan.
Cuánto daño nos haremos más?
cuantos amaneceres se nos van entre los dedos?
háblame y dime que ya no me sientes
y dejaré morir la probabilidad, el verso y el silencio.
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