jueves, 6 de agosto de 2015

Conteniendo el aire para no soltar tu aroma, para no librar tu aliento de mi boca, de mis labios, de mi tacto. Cerrando los ojos para no llorarte, para no olvidar tu risa, tu imagen, tu sombra, tu mirar, tu silueta a lo lejos. Amordazando mi boca, para no llamarte, para no gritar, para no murmurar versos con tu nombre.
Pero Diablo, estás inherente en mi. Inevitablemente te veo cuando clavo mis pupilas en los ojos del espejo, creo ver tus manos dibujando cada poro estremecido en mis escalofríos, sé que eres tú en el viento y el sol de la mañana. Eres parte de mi, Diablo, nunca te vas, no puedo disociarte. Cada letra de mi cuerpo está formada con la tinta de tus ojos. Cada huella de mis pasos deja un charco de tu ausencia. Me faltas Diablo. Le falta tu oído a mi silencio. Tus ojos a los míos. Le falta tu risa a mi madrugada, tus labios a mi espalda. Le falta un pedazo a nuestra luna. No puedo llenarla de sombras, cuando ya estuvo llena de tu oscuridad.
Conteniendo el aire para no soltar tu aroma, para no librar tu aliento de mi boca, de mis labios, de mi tacto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...