domingo, 3 de febrero de 2019

XY+++++++++

Tenemos un grillete en el cromosoma Y.
Nos matan.
La estadística es tan cruel que es probable que ya estemos muertas y aún no lo sepamos, es probable que mañana sea mi turno, o el de mi prima, o el de mi amiga...
A veces nos matan, a veces nos quitan la vida. Sí, a veces nos encuentran en un lote, en una calle, en un río, otras, nos pierden para siempre, y no hablo de mi amiga Sandra, de la que hace 6 años no sabemos nada, hablo de todas esas que vuelven y caminan pero lo han perdido todo. Y es que esto se ha vuelto un juego de quién pierde más: la confianza, la autoestima, la dignidad, la vida...
¿Qué más nos van a quitar?
Ya no importa tu tez, tu altura o talla, el.color de tu pelo o tu edad, ¿Tienes vagina? ¡Vas! ¿Y luego qué? Luego el calvario. Un sistema hecho para ser vencido. Lleno de idas y vueltas, encrucijadas y mucha mierda que atravesar para hacer una denuncia, para activar una alerta, para abrir una carpeta.
Yo no sabía que ser mujer era tan peligroso hasta que me enseñaron que si te ves bonita, eres un blanco, que para salir sola de noche hay que tener un horario, que hay que memorizar las placas del taxi y ver a los ojos a todos.
Es demasiado.
Aprendí a tener miedo y ahora me enfrento a que eso que tanto temía, está a la vuelta de la esquina, que ya no es "sí algo me pasa" es "que nada me pase hoy".  Tengo hartazgo de tanto miedo, estoy cansada de morir tantas veces, un poco en cada una de las que desaparecen cada día, un poco en cada afiche de "se busca"   estoy Harta de que nos maten, porque nos tratan como flores, nos cortan, nos llevan, nos explotan hasta que nos marchitan.
Duele ser mujer, aquí en este país, en esta ciudad. Con tanto acoso.
Me duelen mis primas, mi hermana, mis hermanas de vida, mi sobrina, mis amigas, me duele la chica guapa de la otra cuadra, mis colegas, me duelen los papás de las desaparecidas.
Y todo lo que nos queda cabe en una mano: un spray, una llave, un anillo... Todo con lo que podamos defendernos, un lápiz, nuestras manos, nuestras letras, nuestra voz...

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