lunes, 18 de febrero de 2019

Puede que está sea la más oscura de mis soledades.
He llorado por fin, luego de mil noches, luego de tantas razones, hoy, me vengo a deshacer en un llanto amargo y luego frío.  He llorado hasta no poder respirar, he llovido.
Me decanté en un sin fin de incertidumbres, en un ir y venir de preguntas sin respuesta, de certezas sin probabilidades; lloré como hacía mucho que no lloraba,  encontré una puerta que no conocía hacia pensamientos vampiros,  hacia agujeros negros en mi alma.
No sólo lloví, me ví tormenta, huracán, ciclón. Me ví agua turbia y siniestra. Y en el centro de todo ese bullicio, había algo bueno, hay calma en el abismo de la soledad.
Cuando me miré deshecha pude ver todas mis partes. Me veo más humana ahora que soy agua y entonces me sentí en paz con mi tormenta.
Al final, el naufragio también es un viaje.
Hoy lluevo, dejaré que pase.

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