domingo, 10 de febrero de 2019

Sideral.

Ella me mira mientras yo recuesto mi cabeza sobre el respaldo de la silla, volteo y nuestros ojos chocan.
Es ahí cuando el tiempo se detiene y todo gira en torno a nosotros y sabemos que estamos muriendo.
Hablamos de todo. Y a veces me invade el miedo de pasar un momento lejos, perderme un momento de su magia, todo sin ella es perder.
A veces siento que huimos de todo. Hablamos porque tenemos miedo, caminamos porque no queremos llegar tan pronto a donde el camino se bifurca. Caminamos juntas, buscamos nuestro espacio para existir. Buscamos. Buscamos.
A veces  somos astronautas y saltamos de luna en luna, esquivando los autos y los meteoritos. A veces somos estrellas y nos sentimos rojas y azules y amarillas y muriendo. A veces, casi siempre, ella es viento. A veces, menos, también es cisne y canta.
Sabemos que morimos porque sentimos el tiempo que se nos va.
Sabemos que morimos y tenemos miedo de morir amando.
Sabemos que morimos y tenemos miedo de volvernos polvo.
Lo que no sabe es que yo veo que es semilla y que aún cuando muera, se convertirá en árbol y flores y peces.
Sé que muero y que hacer los minutos más largos no me hará vivir más, pero ella me hace morir menos.
Vuelvo a la tierra, ella sigue hablando de la geografía y las matemáticas... me he perdido un poco, pero luego me tiene de nuevo y caigo en cuenta que es a su lado donde soy entera. No hay máscaras, somos estrellas y estamos brillando y aun si morimos un poco más al caer la noche, seguiremos brillando mañana. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 A veces mi casa parece una sombra, un hueco, hay espacios que se van sintiendo fríos, marchitos. Hay veces que no quiero volver. Que siento...