viernes, 3 de agosto de 2012

El cuento de nunca acabar. (Prosa)

No puedo explicarme como fui a quererte tanto, no sé como así, de pronto, todo en ti me pareció perfecto. No puedo negar que sospechaba ya de este sentimiento, pero en poco tiempo se fue propagando de tal forma que ahora todo en mi mente tiene tu nombre.
Justo desde que mi mente y mi alma se llenaron de ti, mi inspiración volvió, de repente desperté y comencé a soñar, sin embargo todo sueño es al fin fantasía y toda fantasía tiene su final. Mi sueño comenzó a tornarse pesadilla, se inundó de desdenes y de lágrimas. ¿Cómo no imaginé? en los sueños todo es posible, y así sentí como cien puñales atravesaban mi cuerpo, partiendo en dos mi bienestar. Tus brazos, que en ese sueño tan 'loco' y tan mío, me pertenecían, se tornaron ásperos e hirientes. Y de repente no estabas, y era tan solo una cama de espinas. Y mi alma desgarrada y sin fuerzas, ya buscaba ese rayito de luz que entra por la rendija cuando salen tus ojos a iluminar y dan su calor al valle de mi soledad. Mas tus ojos no salieron esa vez y se hizo de noche, y en la oscuridad mi sueño no era menos cruel, hacía frío y estaba sola con mi alma acribillada y mi intacto amor por ti.
Por eso justo he decidido despertarme, aunque fuera de este sueño no conozco nada. No será más fácil adaptarme, pero quizá sí menos suicida. a pesar que desde el inicio supe que debía dejarlo. Quererte sería masoquismo, mis versos lo advertían.
Jamás lo pensé así, cual araña que teje su fina red de plata y entre el intento por cazar su presa termina siendo víctima de sus hilos. Tal suerte solo ocurre una entre mil, igual a la probabilidad de que despierte intacta, sin recordar el sueño, en una mañana soleada. Segura y feliz porque amanecí a tu lado.
¡Vaya círculo vicioso! y es que te vuelvo a pensar y son pensamientos que sutilmente van avivando de nuevo la hoguera que quiero apagar. Es curioso, no sé si pueda, ¡parece el cuento de nunca acabar!

(Mayo 7, 2010)

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