miércoles, 5 de diciembre de 2012

Entre líneas. (Azul sobre azul)


Es esta mi manera de querer:
tengo silencio en los labios,
tal vez sonrisas...
Toda yo soy un silencio.
No. Soy, tal vez, un cuarto aislado del sonido,
aparente silencio,
bullicio interno,
guerras, llantos, clamores -y dolores- escondidos.
Esta manera inexistente de hablar
sin decir nada.
Algo así es mi manera de querer.
Como una batalla muda,
como unos labios que tiemblan y que callan,
soy un silencio apretujado en la garganta.
Mi forma de querer es parecida y comparable
a mi inocente modo de creer:
De ayer a hoy, hacia mañana.
No creo en las promesas,
Facta non verba.
Y aún así creo en el aire, porque soy alas,
y creo en el mañana por amanecer conmigo.
Yo creo al derecho y al revés, 
creo también entre líneas,
quiero también entre líneas,
porque yo no sé querer.
Mi forma de querer es la entrega.
Porque creo en el azul sobre el azul,
Quiero con el valor de creer.
Y creo por coraje de querer.
Yo creo. Yo quiero. Yo me entrego.
Como se entrega el azul sobre el azul,
como el ayer cree en el mañana.
Como se entregan los silencios,
como las bocas a los besos,
como las palabras a las líneas.
Como se entrega el credo,
por querer.
Por eso quiero.
Así, silente, distante, 
entre líneas, entre cláusulas,
entre coraje y valor.
entre la esperanza y la promesa,
entre la línea delgada entre la letra y espacio.
Entre el tiempo y el espacio también creo,
porque no quiero un final cuando la noche acabe,
porque no quiero perder cada mañana 
y recomenzar al otro día.
Creo en las historias, y en los finales felices,
no en los "por siempre jamás".
Yo quiero historias, porque creo en ellas,
porque hacer un instante bello es ordinario,
pero yo quiero creer en un día a día extraordinario,
entre líneas de días, entre semanas apuntadas,
entre tráficos, entre versos de camión.
Creo en historias porque aún creo en el valor de amar.
Porque creo en mi.

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