Tienen nuestras palabras
en sus diccionarios.
¡Caímos!
Porque sus pasos ya corren
por nuestras huellas.
¡Me tienen! ¡Caí!
Mis letras, mis huellas,
¡me han reclamado el mundo!
Y es que hoy caminé
una nueva senda,
con dos sombras atadas,
anclando mis plantas
al suelo.
Hubo un momento de luz
en que las sombras se fueron,
volvió una y se fue,
la otra me envolvió...
Luché, le grité, la arañé y la arranqué de mi carne.
Se fue.
Icé mis alas, me volví paloma
y de un salto me abandoné al aire.
Me sentí libre.
Luego, un dolor me chilló el alma:
una ausencia y media tenía yo,
una ausencia y media que no lleno;
y ya no sé qué hacer
porque las sombras me dan miedo.
DE LA SERIE ORDinario.
Diciembre 6, 2012.
-MN
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